Sobre los acontecimientos del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca


Tras una investigación documental y de archivo, el historiador plantea que el 25 de mayo no hubo ninguna acción que tenga aproximación con el concepto de revolución.
“Página Siete”, Domingo, 09 de abril de 2017
Respuesta al Dr. Rolando Costa Arduz, historiador
 
¡Ya basta de agredir a la Gesta de Mayo de 1809!
Por Sergio Villa Urioste

Espero que con el Dr. Rolando Costa Arduz no me ocurra lo mismo que con otros historiadores que desconocen las copias de fragmentos de manuscritos que les remito, además de los pasajes de libros publicados por historiadores conocidos, no solo nacionales, sino, extranjeros, pues es reconocida como una persona letrada y por demás respetable y seria.
¿Por qué algunos de los historiógrafos de La Paz acosaron con expresiones torpes y sarcásticas, hostigaron en forma ofensiva e inescrupulosa, desprestigiaron irrespetuosamente y mintieron para desacreditar e invalidar como un hecho histórico la Revolución del 25 de Mayo de 1809, incluso narran los hechos de Mayo haciéndose la burla, y así lo hicieron ¡DURANTE CASI TRES SIGLOS CONSECUTIVOS!, iniciándose este afán en la segunda mitad del Siglo XIX., continuando el XX y terminando el XXI, normalmente hechos por algunos historiógrafos supuestamente serios y respetuosos como narradores de nuestro pasado?, sin embargo que en todos los países participantes de la revolución independentista de nuestra América Hispánica, consideran a la Gesta de Mayo como la primera en sublevarse contra España y… algunos historiadores y autoridades paceñas, ¡no!, increíble, ¿verdad?, tal vez necesitan mayor lectura de los documentos o quizás no lo hacen porque la escritura de los mismos les resulte ilegible y desagradable porque no citan a La Paz como la primera en levantarse. ¿O es que sufren de alguna afección de “estrechez mental” que no les permite apreciar los hechos en su verdadera dimensión?

Y recordando a Gonzalo Lanza, sabemos que por órdenes de él, sacaron miles de manuscritos del Cabildo porque él quería dar espacio en sus salones a sus tropas, arrojándolos a la intemperie donde la lluvia hizo estragos de ellos, y éstas huestes estuvieron ahí durante los meses que se quedaron en la ciudad. Las tropas también los quemaban para calentarse; entre ellos habían documentos de la Universidad, de la Academia Carolina, de la Audiencia de Charcas, incluso el “Acta de la fundación de la ciudad de La Plata”. ¿Qué les importaba a estas tropas iletradas de Belzu los manuscritos que narraban nuestra historia?, ¿Qué otra cosa podía esperarse de ese populacho uniformado e iletrado?; Y… si esto ocurre así con alguna gente del norte, ¿qué podemos esperar de los que nos narran hechos que se inventan?, a lo mejor este proceder de las tropas les pareció divertido, así no habrían pruebas que los contradigan y podían seguir mintiendo en sus escritos. ¿No hubiera sido más natural que estas tropas se alojen en el Cuartel San Francisco?

Según nos cuenta el Dr. Rolando Costa Arduz, que luego de hacer una búsqueda de documentos y narraciones en los archivos no encontró nada “que tenga una aproximación con el concepto de revolución” en La Plata. Si él no los encontró como historiador, ¿cómo es posible que yo los hubiera encontrado? Y para que conste que ellos existen, algunos se los transcribo a continuación, incluyendo narraciones de historiadores extranjeros… y algunos nacionales También don Estanislao Just LLeó, Josep Barnadas, José Luís Roca, Guillermo Francovich, Charles Arnade, Alcides Arguedas, Enrique Finot, Gabriel René Moreno, Sabino Pinilla, Juan Ramón Muñoz Cabrera, Humberto Vásquez Machicado, Bartolomé Mitre, Valentín Abecia Ayllón, Gunnar Mendoza y muchos más nos narran en sus libros sobre esta revolución luego de haber investigado los manuscritos de antaño. Son precisamente estos manuscritos que el Dr. Costa no los encuentra. Cuando uno busca un manuscrito y no lo encuentra, es fácil consultar a los empleados eficientes que trabajan en el Archivo Nacional y en el de la Casa de la Libertad, ellos se lo mostrarán y entregarán porque conocen y saben muy bien dónde se encuentran, estos empleados son unos verdaderos profesionales en este trabajo.


Comenzaré respondiéndole al primer párrafo de su artículo “Sobre los acontecimientos del 25 de mayo de 1809 en Chuquisaca”. En realidad, el que le responde es don Mariano Torrente, español, en su “Historia de la revolución Hispano-Americana” (1829): “El gobernador intendente de Potosí don Francisco de Paula Sanz no se atrevió a dar un paso para sofocar la insurrección de Charcas, temiendo sin duda salir desairado en su empresa contra un pueblo tan decidido i resuelto, que se preparaba á oponer á las bien concertadas maniobras de una tropa bizarra i perfectamente disciplinada una resistencia furiosa, i a todos los recursos de un despechado compromiso.”. Y continúa más adelante, en la misma página: “Mientras dicha ciudad de Charcas estaba ardiendo en el más vivo fuego revolucionario, aparentaba su Real audiencia una engañosa calma, y trataba de convencer de la cesación de los desórdenes al Virrei de Buenos Aires, á fin de paralizar con estos falsos informes todo esfuerzo que pudiera hacerse para tomar la debida satisfacción de aquellas tropelías.”


Seguro que ni a su héroe del levantamiento de Julio le creerán:
Don Pedro Murillo, en sus declaraciones a las autoridades judiciales españolas, responde a una de las preguntas que le hicieron: 
“… mantenerse independientes adoptando ciegamente el sistema que se habian propuesto, á invitación del Tribunal de La Plata, que habia roto la barrera para que siguiesen sus huellas todas las demás Provincias, profiriendo asimismo otras expresiones para alucinar al Pueblo, y reducirle al estado de independencia…”
Del Informe que hizo el Virrey Abascal, cuando entregó la silla virreinal al nuevo Virrey Pezuela en 1816, sobre los acontecimientos ocurridos el 25 de Mayo y el 16 de Julio, copié los siguientes textos: Refiriéndose al 25 de Mayo“… de urgente y necesaria la determinación de estrechar á los revoltosos de La Paz y Chuquisaca, las nuevas ocurrencias de la misma especie, suscitadas en Quito, levantando descaradamente el estandarte de la Independencia, la corroboraron…”.

También cundió la revolución platense hasta Quito, ¿o por qué imitaron la idea de los revolucionarios de La Plata aclamando: ¡Viva Fernando VII!?; Así y todo, siguen asegurando que no pasó nada en Chuquisaca. No somos los chuquisaqueños los que refutamos a algunos de estos historiadores mentirosos, son los manuscritos que nos dejaron los españoles los que los contradicen. Debe ser por eso que no les gusta leerlos, ya que cuando los lean ni los tomarán en cuenta porque no les convine y, tienen que continuar con su campaña mentirosa de que en La Plata no hubo revolución. Y esa versión es lo mismo que “darle una en el clavo y ciento en la herradura”, ya que no pueden probarla con documentos como lo hago. ¡Cómo deben maldecir a los manuscritos que no los contentan dejándolos mentir!; Por eso creo que deben haberse alegrado al saber que destruyeron documentos los belcistas.

Sigue el informe: De la carta escrita desde la ciudad de La Paz el 20 de Diciembre de 1809, de don José Manuel de Goyeneche dirigida al General don Vicente Nieto, Presidente de la Audiencia de Charcas, veremos un fragmento: Refiriéndose a La Plata: 
“… De aquí han nacido los proyectos de independencia y el fomento de los Murillos, Lanzas, y demás caudillos de esta revolución…”. 

Esta declaración debe haberles llegado muy pesada a la Sra. Loza y al Sr. Reyes porque desbarata la versión mentirosa del ‘Eje La Paz/Cuzco.’ ¿Alguna hipótesis puede rebatir a estos manuscritos?, la contundencia de estos documentos es fatal para las versiones de algunos de los historiógrafos que mienten a sus lectores. Y aparte de estos manuscritos, ¡hay muchísimos más!; Por las preguntas que les hacen a los complotados, se ve que los españoles ya sabían que lo que se buscaba con la revolución de Mayo era la independencia. Sin duda que los españoles estaban más informados que nuestros historiadores del norte. El juez inquisidor le increpaba a uno de los reos, así: “… reducir a esta población al verdadero estado de independencia y anarquía…”.

Respuesta que dio don Juan Bautista Sagárnaga a los requerimientos de los jueces españoles: “… creyó el confesante qe. (que) estos hubiesen examinado este interesante punto, y adhirió a las ideas qe. ellos adoptaron: que el exemplo de Chuquisaca y al de un Tribunal tan respetable como el dela (sic) Aua. (Audiencia) contribuyó a deducirlo. Que desde luego ya esta Ciud. (ciudad) de la paz nosele (sic) podia atribuir tan escandalosa invención, y pesimo ejemplo pa. (para) los Pueblos sino ala de Chuquisaca qe. (que) habia sido la primera;…”

¿Quién puede atribuirle la invención a La Paz si Chuquisaca había sido la primera?, y es una declaración de un paceño que participó de la revolución de Mayo, ¡el que no cree solamente puede ser un historiador del norte, que no lee manuscritos y hay muchos de ellos!; Muy pocos historiadores paceños mencionan en sus obras las declaraciones de los reos del levantamiento de Julio, y cuando lo hacen, solamente las copian parcialmente, pues si lo hicieran como yo las transcribo mostrando el pasaje principal de estas, tendrían que reconocer la primacía de Mayo ¡y no es ese su objetivo!, pues su campaña en contra de la Revolución de Mayo, sigue… Se inició en la segunda mitad el Siglo XIX, siguió durante el Siglo XX y persiste el Siglo XXI, ¿por qué no continuaría hasta el Siglo XXV?; ¿Tal vez crean que hasta el Siglo XXV habrán logrado eliminar de la historia a la Revolución de Mayo de 1809?, esta persistencia no pueden dejar de hacerla por su exceso de tozudez y dudosa inteligencia.
Don Charles W. Arnade, historiógrafo norteamericano y, por lo tanto, imparcial en sus narraciones, en su obra “La Dramática Insurgencia de Bolivia”, nos obsequia unos comentarios de las investigaciones que hizo de los documentos que relatan los hechos de Mayo de 1809, además, algunos fragmentos de manuscritos ilegibles para otros historiadores nacionales del norte:
Pág. 19: Sobre las obras de Santo Tomás de Aquino y Francisco Suarez, escribe: “Estos dos hombres tuvieron una gran influencia intelectual sobre la generación de 1809 la cual precipitó la guerra de la independencia en Charcas.”. --- ¿Esta guerra no es la revolución que busca el Dr. Costa y que prueba que hubo una en La Plata?; ¿Cómo sería posible que el Dr. Arnade se atreva a hacer semejante aseveración si acaso no hubiera encontrado una prueba documental que la certifique?, documentación que el Dr. Costa no la encuentra. Y no creo que el Dr. Arnade se haya inventado como el del “Eje La Paz/Cuzco”.

Pág. 39: “Habíase iniciado la revolución. Y el 25 de Mayo de 1809 marca el principio de la Guerra de la Independencia en Charcas.” ----- “Medina prometió lograr que los radicales de La Paz obedecieran las instrucciones de Chuquisaca. Cumplió su promesa el 16 de Julio de 1809, el Cabildo depuso al  Intendente y al Obispo”. 
Informe del coronel Juan Ramírez, 2º. de Goyeneche: “… me comunicó el Excelentísimo Sor. (Señor) Virrey del Perú, para qe. (que) dirigiendome inmediatamente a la Provincia de Puno, organice con la celeridad posible las Fuerzas y Tropa que indica a fin de contener y aun cortar en su origen la insurgencia de las Provincias de la Paz y Charcas en el distrito de Buenos Ayres…, Pero confinantes con el de Lima…”, “… les precipitaron hasta el extremo de creerse capaces de poner en planta y realizar un sistema de independencia en el Perú.”. 
Del libro de don Diego Barros Arana, chileno, “Compendio de la historia de América”. Veamos este fragmento en el que se refiere a la revolución de La Plata: “… Los revolucionarios habían consumado aquel movimiento en nombre de Fernando VII; pero en realidad abrigaban el pensamiento de la emancipación.”
En los párrafos anteriores citan personalidades ajenas a Chuquisaca, dos palabras: “Independencia y Emancipación”, entonces, ¿en qué quedamos?, ¿se buscaba la Independencia o no en la Gesta de Mayo y para lograr esto no se hizo una revolución? ¿O es que la Independencia debía nacer “por generación espontánea”?
Como ya es una norma de algunos de los escritores paceños de negar como un hecho la Gesta de Mayo, transcribo un comentario de don Valentín Abecia Ayllón, relativo al esmero que ponen para eliminar de la historia a esta Revolución. Así lo hicieron los escritores, Ochoa, Luís F. Jemio, Manuel María Pinto, Isaac S. Campero, Gutiérrez, Baldivia Galdo, Muñoz Cabrera, José Palma y V., Aspiazu, Ascarrunz, Loza Balsa, Reyes Aramayo y otros, tratando, forzosamente, de enaltecer a la de Julio para intentar que si ¡al fin! al levantamiento paceño lo ponen en un status más alto que el que ya tiene la de Mayo, al eliminar esta Gesta como un hecho histórico en 1809 harán creer a sus lectores que la primera en levantarse fue la de Julio, aún sin pruebas, hoy lo hacen y con seguridad seguirán haciéndolo indefinidamente, ¡debe ser desesperante para ellos no haberlo conseguido hasta hoy, después de tan larga campaña que duró durante casi tres Siglos!, pues la de Mayo sigue incólume a pesar de sus versiones mentirosas: “Entre las más clásicas obcecaciones que el espíritu americano ha podido presentar, no hay una deformante colosal, como aquella que intente desconocer la prioridad de Chuquisaca en la revolución sudamericana”.Curiosamente, todas las naciones hispanoamericanas reconocen que en La Plata se inició la primera revuelta que dio el inicio y el ejemplo a todas ellas al levantamiento, excepto algunos de los historiógrafos, autoridades, ciudadanos desubicados y poco informados, que de vez en cuando descalifican a la Gesta de Mayo en publicaciones que hacen en la prensa escrita y hablada de la ciudad de La Paz y ¡ninguno demuestra y ampara en los manuscritos sus versiones!, es decir, son pura habladuría con “muchos bombos y platillos”, ¡y ni siquiera se ruborizan cuando mienten!, así y todo, reciben los aplausos de los que les creen sus mentiras. A pesar del acoso, la Gesta de Mayo sigue brillando como un Sol en la historia… ¡y esto no les gusta por nada! ¿Cómo supo el Mariscal Sucre que en La Plata se dio el Primer Grito de Libertad si los héroes paceños que sobrevivieron los 16 años de la revolución no le hubieran contado cuando llegó a La Paz? Fue en esa ciudad que él escribió a varias cartas a autoridades de diferentes ciudades contándoles dónde se inició la Revolución de 1809.
El Dr. Costa fue, como muchos otros que se dejaron engatusar por la versión de que el autor de los “Apuntes…” (publicado en forma anónima) y endilgado a don Manuel María Urcullu, y todo porque no hizo el análisis adecuado sobre la forma de narrar y describir los hechos en el libro, pues estos nos muestran muy fácilmente que don Manuel María Urcullu ¡jamás! escribió el libro citado y, eso es fácil de verificar que lo hizo un historiador del norte, anónimo y mentiroso que desde luego, no narró la verdad, es decir, mintió (una norma de estos sujetos: mentir), y por eso no puso su nombre para no desprestigiarse si lo descubrían, pues en el libro da más informaciones de los hechos en La Paz que los que ocurrieron en La Plata, ¡y eso que Urcullu presenció los acontecimientos en esa ciudad y no vio los que ocurrieron en La Paz!, incluso, en el libro alaban (resaltan o destacan) los hechos de los revolucionarios paceños y las ventajas que sacaban con ellos, y cuentan más abundantemente pormenores de esos acontecimientos, entonces, ¿por qué narró más de los hechos en esa ciudad si no los vio y dice poquísimo de los de La Plata que los vio?. Además, siendo él pro-peninsular, no tenía porque hacer comentarios favorables a la revolución paceña, parcializándose hacia ella cuando comenta favorablemente sobre el comportamiento de los revolucionarios en esa ciudad, es así que a La Paz la debía haber puesto “en la misma balanza” que a La Plata y, con lo que tanto le desagradaba esta revolución en 1809, nunca debía haberse parcializado hacia ninguna de las dos ciudades, y debía repudiar y criticar el levantamiento en ambas. Además, Urcullu era un hombre respetable y no un mentiroso como ‘otros’ que ya nos aburren con sus mentiras. Los dos libros anónimos: “Apuntes…” y“Memorias históricas…”, fueron escritos con la mala intención de mentir inventándose hechos que nunca ocurrieron en 1809, por eso los autores no los firmaron y fueron escritos por paceños con escaso honor en tiempos de la república, ya que no tenían documentos en los cuales amparar sus versiones, sin embargo, uno de sus paisanos con la intención de sacar una ventaja en la campaña en contra de Mayo de 1809, los legitimaba al endosarlos como autores a personajes que vivieron en los años de la revolución; al primero lo endilgó a Urcullu y al segundo a Cotera. De ahí que los poco visionarios investigadores de los hechos creyeron en el endoso. Endilgó a Urcullu los “Apuntes…” solamente porque él era platense, así se comentaría que “si un platense lo dice, debe ser cierto lo escrito en el libro, pues fue testigo presencial en su ciudad”. A tal punto armaron el aparato propagandístico en contra de la revolución platense, que los historiadores del norte le dieron a Urcullu el título ponderativo de: “Patriarca de la Historia Nacional” pues, de este modo afianzaban aun más la supuesta legitimidad de su autoría de los “Apuntes…”, con narraciones por demás mentirosas, y muy escasas en informaciones veraces de nuestra historia, ¡y este título honorífico le otorgaron en la ciudad de La Paz solo porque en el libro se desacredita e invalida a la revolución platense!; Urcullu era un hombre serio, respetado y honorable en su ciudad y no un mentiroso, fue el primer Presidente de la Corte Superior en la república, la que reemplazó a la Audiencia de Charcas, y si mal no recuerdo, dos años después también fue de la Corte Suprema de Justicia. (Al ser pro peninsular, a un amigo intimo de él le hizo unos comentarios por demás despectivos y aterrorizantes con relación a la revolución, le “pintó” el futuro de Charcas, si triunfaba la revolución, como a un territorio peligroso e inhabitable, su amigo se impresionó tanto con la versión de Urcullu, que terminó suicidándose; Urcullu, al ver el daño que había ocasionado con sus comentarios y viendo que la viuda quedó con tres hijas y sin su medio de subsistencia, para ayudar a la familia se casó con la mayor de ellas. – ABNB. –). Y con intenciones aviesas para aun legitimar más la confección de este libro por Urcullu, hicieron imprimir en Sucre dos ediciones con su nombre como autor (en el ABNB. se encuentran los dos impresos). Creyeron que así afianzaban más la ‘legitimidad’ del endoso a Urcullu. En la segunda mitad del Siglo XIX, los historiógrafos paceños se dedicaron a publicar libros narrando la historia de 1809 (en un párrafo anterior los cité a ellos), plagados de mentiras con el solo objeto de desprestigiar, descalificar e inhabilitar la versión de que la Gesta de Mayo fue la Primera en soliviantarse, esto lo hacían en lugar de contar verazmente la historia de esos hechos. En el Siglo XX siguieron escribiendo sobre lo mismo con su aviesa mala intención y en el Siglo XXI, continuaron con su campaña en contra de la Gesta de Mayo. Espero que no sigan con lo mismo hasta el Siglo XXV, ¡eso ya sería el colmo! Esta campaña no tenía otro objeto que el de eliminar de la historia la versión de la Gesta de Mayo como la Primera en sublevarse, así tratarían de que quedara como la Primera la revolución de Julio. No encuentro otro motivo, a menos que el otro motivo sea el comentario que hizo el Sr. Saúl Escalera, versión que la leerán más adelante.
Las “Memorias históricas…”, endosada al Sr. Cotera, un personaje pro peninsular, huyó al Perú por temor a la revolución de Julio por lo que podría ocurrir en esa ciudad en el futuro, él presenció esos acontecimientos pero, no certifican que haya sido él quien los escribió. Además, en ella transcriben algunas falsificaciones, como la “Proclama de Murillo al Ejército”, proclama escrita en 1885, en tiempos de la república por don Adolfo Durán, es decir, Cotera, además de no haberla escrito, tampoco tenía en su poder la Proclama supuestamente original de la Junta Tuitiva, adjunta al libro citado, ya que en 1809 no existía, pues si la hubiera tenido en su poder, como pro-peninsular, la habría entregado a los jueces como una prueba contundente para enjuiciar a los revoltosos, recién fue, posiblemente, falsificada a mediados del Siglo XIX en tiempos de la república. Como estas dos obras históricas por demás mentirosas, hay también manuscritos falsificados. Luego de haber sido confeccionada la “Proclama” falsa de la “Junta Tuitiva”, y la “Apología…”, las anexaron al libro “Memorias históricas…” y la publicaron, posiblemente, en l885 (año en que escribió don Adolfo Durán “La Proclama de Murillo al Ejército”) o poco después, y no en 1840 como informa el editorialista mentiroso, ya que esta “Proclama” del Sr. Adolfo Durán, en esa fecha, no existía. La Proclama falsificada de la Junta Tuitiva, no podían publicarla antes porque muchos de los testigos de los hechos de Julio todavía vivían y la habrían desmentido revelando su falsificación, entre ellos, el presbítero Medina. En 1885 el Sr. Cotera ya no vivía en Bolivia pues se fue al Perú algún tiempo después del 16 de Julio. Don Tomás Cotera nació en Lima el Siglo XVIII y falleció en Arequipa en 1829 sin saber de la existencia del libro que le endosaron cuando ya estaba fallecido, pues este todavía no había sido escrito. Este libro debía titularse “Mentiras históricas…”.

El Sr. Muñoz Cabrera en una de sus páginas, dice: “Es cosa digna de notarse que durante esos 15 años de lucha, es decir, desde el 25 de Mayo de 1809 en que las ciudades de Chuquisaca i de La Paz abrazaron el pendón de la libertad en el Alto Perú” (este comentario nos muestra que la Revolución del 25 de Mayo de 1809 se dio en La Plata y La Paz, y las declaraciones de los revoltosos paceños a los jueces españoles y otros testigos presenciales, así lo certifican. Estos escritos y declaraciones deben ser odiosos para los historiadores del norte porque no los dejan mentir), y refiriéndose a Monteagudo dice: “a ser uno de los protagonistas más notables de ese grandioso drama iniciado en Chuquisaca, la cuna volcánica de la revolución, como la llama el conceptuoso escritor chileno don Benjamín Vicuña Mackenna”. Don Juan Ramón Muñoz Cabrera contradice lo escrito por el autor del artículo que estoy contestando, y en su mismo libro al comentar y transcribir pasajes contrarios a los que cita el Dr. Costa.

Don Juan José Iturrioz y Urquía encontró en la puerta de su tienda el 24 de Mayo de 1809, víspera del gran día, un pasquín que fue como un anuncio de lo que se venía, veámoslo: “Ciudadanos de La Plata, ya es llegado el tiempo de las venganzas, que si la Real Audiencia no castiga, formaremos vatalla, y daremos cuenta a la Junta Central, extrañese el Ex Patriarca de las Indias y muera el quasi Rey”. ¿Por qué esa coincidencia en la colocación de ese pasquín a vísperas del 25 de Mayo, si no se tenía prevista ninguna revolución en La Plata?. Cada vez que transcribo un documento de antaño, dejo un ‘ojo en tinta’ al historiador que no puede refutarlo y para consolarlo solamente puedo obsequiarle un pedazo de carne para que lo use como cataplasma para deshincharlo y eliminar el morete, (desde luego que lo que digo es imitando un poco del sarcasmo irrespetuoso que hace cuando narra don Manuel María Pinto (h) los hechos del 25 de Mayo). Ya es por demás sabido que cuando gritaban los revolucionarios platenses: ¡Viva Fernando VII!, tenía por objeto simular su revolución para no ser descubiertos por los españoles de sus intenciones levantiscas y, hasta el Presidente Pizarro, más visionario que algunos historiadores que no lo percibieron y creyeron que los platenses defendían al Rey, lo percibió y nos lo muestra cuando les ordenó a sus soldados de que hicieran fuego a los revoltosos que estaban en las inmediaciones de la puerta de la Audiencia, gritando: “¡Toma… Viva Fernando VII!”. Aquí murieron los verdaderos protomártires de la revolución de 1809, entre estos protomártires estaba el Dr. Manuel Zudáñez que falleció en la cárcel de los españoles y, también cayeron muchísimos heridos (ver: “Últimos días coloniales en el Alto Perú”, de don Gabriel René Moreno del Ribero, cruceño, y “Comienzo de la Independencia en el Alto Perú”, de don Estanislao Just Lleó, español).
En 1848 don Manuel Sánchez de Velasco no sabía del timo de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, y por eso la comentó pero, ya hacen varios años que se publicó en ‘La Mesa Coja’, de don Javier Mendoza Pizarro, donde ahí nos demuestra que fue una falsificación artera para torcer la historia. En la Enciclopedia Espasa citan la tal “Proclama” como veraz, seguramente los autores mentirosos que la falsificaron le informaron con malicia a esa Institución española, haciéndole creer que era un documento legítimo. Cualquier cosa se puede esperar de un mentiroso y con mayor razón si es un falsificador que quiere hacer famoso su timo.
 
En el último párrafo vemos cómo los platenses ya comenzaron a urdir y hacer efectiva su intención de aparentar fidelidad al Rey cuando ya tenían planeada de hacer su revolución secretamente y no públicamente. También en La Paz los revolucionarios de Julio hicieron lo mismo, incluso pusieron en un pedestal un ícono del Rey y le juraron fidelidad. Y esto lo hicieron después de lo que dicen que fue su “Primer Grito de la Independencia de América”.
 
Lo que algunos de los historiadores paceños no vieron pero el Virrey Liniers si lo vio, fue que los platenses mentían cuando vitoreaban al Rey: ¡Viva Fernando VII!, ¿acaso en La Paz no vitoreaban lo mismo?
Es cierta la versión de la distribución de aguardiente y, para incentivar su actividad belicosa al populacho le añadían pólvora, producto que seguramente creían que actuaba como una droga. Esta misma distribución se hizo en la ciudad de La Paz, así que no sé de qué se extraña el autor del artículo, pues luego de recibir las instrucciones de los platenses de cómo hacer su rebelión, remedaron en esa ciudad a todo lo que hicieron en La Plata. El alcohol incentivaba su belicosidad en las manifestaciones del populacho. Es cierto que liberaron a los presos, quienes estaban a las órdenes del “Quita Capas” apoyando al levantamiento. También estaban los indígenas bajo las órdenes de este sujeto. En La Paz hicieron algo parecido, pues recurrieron a personas de mal vivir dedicadas a la delincuencia… En sus declaraciones a los jueces españoles, Sagárnaga, cuenta que se afanaba “personalmente habiéndose presentado a los soldados, indios de San Pedro con el demás pueblo de ladrones y pícaros los que sin temor ni vergüenza robaban descaradamente”.
Al día siguiente y todos los subsiguientes, siguió el movimiento continuando discretamente su campaña secreta de informar e incitar a la ciudadanía en contra del Imperio Español. El Guardián de la Iglesia de San Francisco, testigo presencial, narra más detalles sobre estos hechos (copiados más adelante). Con los cañones, el Presidente Pizarro también entregó fusiles a los revoltosos. Días después los revoltosos platenses sacaron una campana de la torre de la Catedral y con el bronce fabricaron un cañón. Cuando funden el bronce para fabricar una campana, le añaden un poco de oro para mejorar el timbre de la misma, así que ese oro simboliza la valía de los revoltosos de Mayo, dándole un timbre cantarino y diferente al de otros cañones pues este con el timbre que tenía “su voz” anuncia la futura independencia de América.
En la reunión con Paula Sanz, lo convencieron a éste de que no tenía por qué preocuparse, ya que estaban defendiendo los derechos del Rey sobre el territorio de Charcas, ante esta versión el Gobernador de Potosí regresó a su ciudad sin sospechar la estrategia platense.
Estos hechos no fijaron la finalización de la revolución, pues ella continuó hasta la llegada de Nieto de Buenos Aires e incluso después siguieron haciendo circular los pasquines en contra de España con la correspondiente campaña secreta explicando verbalmente a la población, a pesar de existir una amenaza del Presidente Nieto si se seguía complotando. Varios meses después se iniciaron las guerras de guerrillas en la campiña de la gobernación de La Plata.
 
Pro-peninsulares solamente eran los Oidores que apoyaban a España, sin embargo, hubo un grupo de ellos y otros españoles que estaban con el levantamiento, como Uzos y Mozi, el fiscal López Andreu, Arenales y otros. La lista es extensa de los revoltosos que cuando llegó Nieto, muchos fueron presos y otros exiliados, todos perdieron sus propiedades y algunas de las esposas exiliadas. Muchas de ellas que se quedaron en la ciudad, vivieron de la limosna para poder sustentar a sus hijos pues sus esposos o estaban presos o exiliados incluyendo otros que huyeron de la ciudad. Don Mariano Torrente sigue respondiendo al Dr. Costa Arduz: “Los motivos alegados de su abramiento eran muy parecidos á los de los otros países que se fueron revolucionando sucesivamente (luego del 25 de Mayo de 1809). Aparente fidelidad a Fernando VII, decisión por conservarle aquellos dominios para cuando saliese de su cautiverio, fingidas sospechas de que las autoridades legítimas trataban de proclamar la soberanía de la Casa de Braganza, formación de juntas independientes para preservarse de unos males, inventados por una falsa aprehensión, i sostenidos por la intriga: he aquí los medios de que se valieron los conspiradores en los dos virreinatos, de Buenos Aires i del Perú, para llevar adelante sus planes de infidencia.”
 
Esa “Aparente fidelidad a Fernando VII”, fue siguiendo el ejemplo de lo que hicieron en La Plata. Así cundieron las noticias en la América revoltosa y los remedaron.
 
El origen de las intenciones levantiscas viene desde mucho antes de 1785; hay un expediente (en el Archivo Nacional) seguido por los españoles a los revoltosos que se levantaron en La Plata en ese año contra España.
 
En 1805 los españoles que trabajaban en la Casa de Moneda de Potosí, ya sospechaban sobre la posibilidad de una sublevación en Charcas y resolvieron enviar urgentemente todas las monedas selladas que estaban acumuladas en la Casa, a España, y para esto organizaron una caravana capitaneada por don Josep González de Villa. Su intención fue transportarlas en mulas hasta el puerto de Buenos Aires y de ahí a España. Cuando llegaron a Tarija, estuvieron unos días ahí porque don Josep se encontró con su hermano Francisco e intentó llevarlo con él a España pero, no pudo convencerlo porque éste ya había formado familia en esa ciudad. (Más adelante, don Francisco González de Villa fue nombrado Comandante de los revolucionarios de Tarija). Luego siguieron viaje hasta llegar a una población que se encontraba en el norte argentino, donde hicieron escala de reposo, ahí vieron cómo a los residentes en ella les llamaban la atención las bolsas pequeñas y pesadas sobre el lomo de las bestias. Al ver esto los españoles de la caravana, se asustaron y temieron que los asaltaran en la ruta hacia el sur, así que resolvieron volver sobre sus pasos y se dirigieron al norte con la intensión de llegar a la ciudad de Santa Cruz para de ahí, pasar al Paraguay. Cuando hicieron escala en una población llamada Terrazas, el jefe de la caravana, González de Villa, resolvió enviar poco a poco hasta Santa Cruz y de ahí al rio Paraguay hasta Asunción para que luego sigan su viaje a Buenos Aires y después, a España. El jefe del grupo acompañó a estas pequeñas caravanas en cuatro viajes hasta Santa Cruz y, al retorno del cuarto viaje a su base, falleció. Ya tenía edad avanzada.
 
No es cierto que esos escritores no citen a la revolución en sus obras, ya que era el tema principal en sus narraciones, es un hecho que hasta que llegó Nieto en Diciembre del mismo año, algunos de los Oidores administraron la gobernación pero, la campaña a favor de la revolución continuó en los corrillos y a la población seguían distribuyéndole pasquines con propaganda, incluso las remitían a otras ciudades, entre ellas, al Cuzco, pues los de esa ciudad les reclamaban que les informen de todo lo que hicieron en La Plata (Ver: ‘Últimos días Coloniales…’ de G. R. Moreno). El Sr. Reyes Aramayo se hubiera dado un julepe si hubiera sabido que los platenses tenían más relaciones con los cuzqueños que los paceños, ya que su libro está basado en esa revolución del Cuzco y las relaciona a las dos ciudades como complotadas: “Eje La Paz/Cuzco”, ese es un cuento que no está registrado en ningún manuscrito. El doctor José Luís Roca lo refutó y Don José Rosendo Gutiérrez en su obra, ni lo cita.
 
En Bolivia recién se declaró la Independencia el 6 de Agosto de 1825. Y no se declaró la Independencia con una “Acta de la Independencia” escrita por don Félix Reyes Ortiz para su obra literaria “Los Lanzas”, como la presentan algunos historiadores que la mencionan como legítima (otra mentira) en sus obras sobre historia dedicadas a Julio de 1809 y a su campaña en contra de la Gesta de Mayo.
 
El que no hayan añadido nada nuevo, no quiere decir que no haya habido una revolución. Además, sin duda que añadieron novedades los Sres. Emilio Fernández, Estanislao Just Lleó y Roberto Querejazu porque no se detienen cuando hacen investigaciones en los documentos de nuestros archivos. Recomiendo leer las “Memorias del General Andrés García Camba”, español, quien siendo extranjero, no se parcializa para favorecer a La Plata o La Paz, pues más se dedica a alabar el comportamiento del Ejército español durante los enfrentamientos contra los revoltosos; desde la Pág. 33 hasta la 45, se encuentra la descripción de la Revolución del 25 de Mayo en La Plata y La Paz. También recomiendo la lectura de “La dramática insurgencia de Bolivia”, de Charles W. Arnade, historiador norteamericano, y la obra de don Estanislao Just, español, quienes nos narran la verdad; si estos señores son extranjeros, seguro que son imparciales. Y ambos tienen sus narraciones basadas en los manuscritos que no leen los autores Loza y Reyes. Y que el Dr. Costa no los encuentra.
 
Con este comentario trata de descalificar a la Gesta de Mayo. ¿Por qué no hace lo mismo con el levantamiento de La Paz si la Junta Tuitiva para publicar cualquier resolución precisaba la autorización de los gobernantes españoles en La Paz? Así consta en el “Acta de Fundación de Junta Tuitiva” (fundación aprobada por los españoles gobernantes y también firmada por los revolucionarios de Julio) y en esta Acta se ve que los revoltosos se comprometieron a obedecer a los peninsulares. ¿Acaso en la constitución de la Junta Tuitiva, firmada por los revolucionarios y aprobada por los españoles, no aceptaban obedecer a los gobernantes españoles de La Paz? ¿Acaso los españoles no siguieron administrando la Gobernación de La Paz aún después del “Grito de Independencia que dicen haber emitido el 16 de Julio”, como nos cuentan historiadores paceños? ¿Por qué la Junta Tuitiva siempre les pedía su aprobación a los españoles para que se publique cualquier resolución que se tomaba en la misma? ¡Y no creo que los gobernadores españoles hubieran aprobado la publicación de la falsa “Proclama de la Junta Tuitiva”, ultra subversiva!
 
Cualquier historiador puede equivocarse fácilmente ya que el Sr. Fernández escribió su libro muchísimo antes de que se descubra el timo de la falsificación de la “Proclama de la Junta Tuitiva” copiada parcialmente de la “Proclama de la Ciudad de La Plata a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz” (confeccionada por Monteagudo). Monteagudo fue asesinado en el Perú mucho antes de que se hiciera la falsificación de la “Proclama de la Junta Tuitiva” en tiempos de la república. ¡¡¡Qué no diera por ver el expediente en el que certifican que Monteagudo falsificó la Proclama de la Junta Tuitiva copiando su propia “Proclama de la Ciudad de La Plata, a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz” y en tiempos de la república y… cuando él ya estaba fallecido!!! Un original de la Proclama platense está anexa al expediente que abrieron los españoles para enjuiciar a los revolucionarios paceños, así lo certifica el Dr. Clément Thibaud, Doctorado en Historia en l’Sorbona, en su obra dedicada a la “Academia Carolina”, también el Dr. Guillermo Francovich nos mostró una copia de esta Proclama, en su obra “El pensamiento universitario de Charcas”. Don José María Baldivia Galdo, muy ocurrente, dijo que la ‘Proclama de la Ciudad de La Plata a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz’, es una falsificación hecha por el Dr. Francovich, tal vez  aludía a que era una imitación de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, este comentario nos mueve a una sonrisa, Baldivia Galdo no tenía la menor idea de quién era Francovich al punto de identificarlo y poniéndolo al mismo nivel de los que falsificaron las “Proclamas de la Junta”, la de “Murillo al Ejército” y las cartas de “Murillo a Diez de Medina” nivelando la catadura de estos con la valía de Francovich, (fue Rector y Profesor de la Universidad de San Francisco Xavier, incluso fue reelecto en varias gestiones por su eficiencia en el trabajo, hasta que se jubiló), también don Estanislao Just Lleó nos contó que el Dr. Portillo, español, la cita en una carta que la escribió cuando estaba preso de los revolucionarios en La Plata. – Es una verdadera pena que el Dr. Costa Arduz no haya hallado en los manuscritos ninguna referencia a la Revolución de Mayo. – Estoy tentado de mostrarle todas las declaraciones a los jueces españoles que hicieron los revolucionarios paceños cuando les abrieron un expediente para enjuiciarlos, declaraciones que el Dr. Costa no los leyó, pues si lo hubiera hecho no dudaría de que hubo una revolución en Mayo de 1809. Además, en alguno de los archivos de La Paz debe estar una copia del ejemplar que nos remitieron desde el Archivo de Buenos Aires sobre las declaraciones de los revoltosos paceños a los Jueces españoles, incluida entre estas copias está la “Proclama de los platenses a los paceños”. Ya un historiador mal informado, peor visionario y totalmente desubicado de los hechos de 1809, dijo que la Proclama platense era una copia de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, una declaración totalmente coja y renga… 
 
El Dr. Gabriel René Moreno nos cuenta que por intermedio del Presidente de la Sociedad Geográfica de La Paz, solicitó una copia de los escritos que remitieron de Buenos Aires, nunca le respondieron a su pedido. A don Carlos Bravo, paceño, cuando estaba estudiando estos papeles, le quitaron de las manos para que no siga leyendo estos escritos y eso que este señor era un gran defensor de que la revolución en La Paz fue la primera, tampoco quisieron entregarle copias “los verdaderos paceños” (él así los identificaba a los que ocultaban estas pruebas de cuál fue la primera ciudad en soliviantarse contra España), seguramente lo conocían como a una persona que no mentía, como ellos, y temían que comente al respecto reconociendo públicamente que en La Plata se dio el Primer Grito de Libertad. Una forma de negarle al Dr. Moreno fue no respondiendo a la correspondencia en la que les solicitaba pues con esas pruebas sabían que él publicaría la verdad del origen de la Revolución de 1809. “Los verdaderos paceños” ya sabían que entre esos documentos estaba la certificación de la primacía del 25 de Mayo sobre el 16 de Julio, y no les convenía que se sepa la verdad porque querían adulterarla, “a su gusto y sabor” y, aún hoy lo hacen, ¡y pensar que con esta gente lo confundieron e incluyeron al Dr.  Francovich, como si fuera otro mentiroso más de la montonera que había en el norte!, pues estas copias certifican en contra del 16 de Julio, en lo relativo a la primicia del grito libertario, y testifican a favor del 25 de Mayo de 1809. Las confesiones de los revoltosos se encuentran en la copia del expediente que ocultaban por esos años, hasta el periódico La Razón les pidió que se los mostraran junto con el original de la “Proclama de la Junta Tuitiva”, que “decían” que fue remitida desde Buenos Aires en 1918 ¡y no lo hicieron nunca, porque sabían que era mentira que la “Proclama de la Junta Tuitiva” estaba anexa a toda esa información! ¿Eso explica el por qué algunos historiógrafos no comentan ni dicen ni escriben nada con relación a estas confesiones de los revoltosos paceños?, sin duda. Ya toda la ciudadanía boliviana y en el extranjero sabe la verdad de los hechos de 1809. Don Carlos Bravo, luego de que lo privaron de leer estos papeles, reconoció que en La Plata se dio el Primer Grito de Libertad, aceptando de esta forma haberse equivocado y que cometió un error al defender a la de Julio. 
Y continúo contando sobre el escrito de don Estanislao Just Lleó. En el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, hay suficientes manuscritos que certifican que hubo una revolución en La Plata, no sé cómo buscó y no los encontró, también puede visitar el “Archivo Histórico Nacional de España (Madrid)”, donde don Estanislao Just encontró 10.000 folios referentes al 25 de Mayo, en los que están archivados todos los manuscritos de los tramites del juicio a los revolucionarios en La Plata, en todo este lote se encuentra el expediente abierto a los revolucionarios platenses, por los hechos del 25 de Mayo de 1809; también investigó en: “Archivo General de Indias”, “Archivo de la Diputación de Vizcaya”, “Archivo de las Cortes Españolas Nacional de España (Madrid)” y la “Biblioteca Menéndez Pelayo (Santander)”. Y a esto puedo añadir toda la lista bibliográfica que él registra y abarca cuatro páginas dentro de su libro. Y al final de cada página y capítulo del mismo, cita los manuscritos de donde extrajo los datos en los que basa su hermosa obra, ¡la que está totalmente dedicada a la Revolución del 25 de Mayo de 1809!; Luego de leer el libro escrito por don Estanislao, el autor de este artículo, quedará totalmente convencido que sí hubo una revolución en La Plata y no necesitará seguir buscándole “tres pies al gato”, “Porque lo que está a la vista, no necesita candil”. 
Es cierto, fue muy difícil convencer a que los paceños se involucren en la Revolución platense soliviantándose en contra de España, ya que primero fueron dos emisarios y fracasaron en su intento pues vieron muy poco interés en hacer la revuelta en las personas con quienes se entrevistaron. Si fuera cierto lo que cuentan en sus obras, de que ellos ya tenían todo preparado para su revolución, hubieran aceptado la primera propuesta que les sugirieron los primeros emisarios que los entrevistaron. Ante el primer rechazo paceño a soliviantarse, los platenses insistieron enviando por segunda vez a tres emisarios (uno de ellos se fue al Cuzco a fomentar la sublevación; pues en esta población estaban muy interesados en tener noticias de La Plata y, estos les remitían correspondencias contándoles – (narración de don Gabriel René Moreno), en la ruta recogieron al cura Medina que estaba residenciado en Sica Sica por órdenes del Arzobispo Moxó, ya que éste lo castigó por fomentar entre sus compañeros de estudios en la Universidad a la rebelión, y cuando estuvo de profesor en la misma, continuó. Los emisarios que se quedaron en La Paz, fueron convincentes y lograron a que se involucren los paceños. En esa época era poco menos que imposible (otra mentira más) que los platenses “ofrezcan el texto de la Proclama de la Junta Tuitiva”, ya que recién la falsificaron unos autores mentirosos y anónimos tergiversadores y delincuentes de la historia en tiempos de la república. La única Proclama que les entregaron los platenses a los paceños, fue la “Proclama de la Ciudad de La Plata a los valerosos habitantes de las Ciudad de La Paz”, pues a ellos estaba dirigida. Y, quizás sea el mismo manuscrito que anexaron los españoles al expediente del juicio que abrieron en contra de los revoltosos de Julio de 1809.
 
El Virrey de Buenos Aires percibió las intenciones levantiscas de los platenses, por lo que envió a Nieto a que acabe con la revuelta pero, los historiógrafos del norte poco visionarios, no lo percibieron y por eso narran pasajes de nuestra historia ajenas a la verdad, los de antaño creían y los actuales todavía creen que los platenses estaban a favor del Rey y esto les pasa porque parece que ni siquiera oyeron hablar sobre la existencia de los manuscritos que narran todos estos hechos. Fray Marcos Benavente, Guardián del Convento de San Francisco en La Plata, fiel pro-peninsular y testigo presencial de los hechos de Mayo, quien en su informe, del que les muestro un fragmento, nos relata algunos de los hechos de la rebelión: “El 25 de Mayo de 1809 se lanzó en esta culta ciudad, entonces llamada Chuquisaca, el primer grito de independencia de la América Latina; grito que si bien fue ahogado, repercutió en las faldas del Illimani, así como en las hoyas del Plata  (a), hasta darnos patria libre e independiente.”, más adelante en su informe, dice: “… surjieron las dificultades con el Presidente y el pretesto para que estalle el movimiento revolucionario que venía preparándose.”.

(a)   – Aquí consta que la Revolución platense cundió hasta “las faldas del Illimani”, La Paz y “las hoyas del Plata”, es  decir, hasta la ciudad de Buenos Aires y, no fueron los paceños los que dieron el ejemplo a los argentinos como nos mienten es sus escritos algunos narradores del norte.

– Puesto el Jefe (Pizarro) en el conflicto de ser preso, o hacer presos a sus rivales, para proceder con más acierto nombró según se dice, sus Asesores, el Dr. D. Esteban Agustín Gascón, el Dr. D. José Enrique Portillo, y el Dr. D. José Antonio Castro su Secretario de cartas; Abogados de providad, y de conocida literatura: con dictamen de estos o sin ellos libró mandamiento de prisión contra seis individuos, Don José Agustín Usos (sic), y D. José Ballesteros, oidores, y el Fiscal D. Miguel Lopes (sic); contra don Domingo Aníbarro y D. Manuel Zudañez Regidores anales y el Dr. D. Jaime Zudañez, abogado de esta Real Audiencia. De estos solo fue preso el último, pues a los otros no hallaron los comisionados, ni tuvieron noticia de estar comprometidos hasta los días siguientes, aunque la maldiciesen”. –  “La prisión de D. Jaime Zudañez la hizo D. Pedro Real de Arcia, ejecutándola a las 7 de la noche, extrayéndolo de su casa. Zudañez vociferaba al pueblo, mientras lo trasladaban, “que lo prendían por ser fiel al Rey, y que al país querían entregar a la Carlota”. “Así continuo vociferando las cuatro cuadras que hay hasta la presidencia, si según otros no fueron seis; pues dicen que primero lo llevaron al Cuartel. Su familia inmediatamente salió á pedir entredicho a las Iglesias de La Merced y San Felipe que están inmediatas, y habiéndosele denegado, tuvo un criado el arrojo de escalar el Cementerio de la Catedral, y ganando con violencia las Campanas convocó al Pueblo, no á alabar a Dios, sino a resistir la legítima autoridad: al entredicho de la Catedral correspondieron inmediatamente las Iglesias de San Miguel y San Francisco notándose en esta última que un Abogado (Lemoine) y otro vecino con espada en mano atropellaron al Campanero que lo impedía: otros montaron a caballo á comunicar lo sucedido á los parciales…” . – “Ya los principales Motores de la insurrección se hallan en estado de llegar al fin de su horrible empresa: para conseguirla agolpan el pueblo á la casa del Acuerdo y allí hacen que tumultuariamente pida la deposición del Presidente, que se forme Junta Independiente; que se haga República de Criollos con otros disparates que no dejarian de poner en confusion al mismo Real Acuerdo…”. – “… que la noche del 25 estubo otro Becino, de los que hubieron de ser presos, prebenido con mucha gente harmada dentro de su casa para resistir, como lo depondran á a su tiempo testigos oculares que quedaron escandalizados: que del Partido de Yamparaez, de donde es Juez Subdelegado D. Juan Antonio Arenales, oi Comandante General de la Ciudad, hubo en ella dias antes gente oculta y armada esperando el lance del 25 como que aquella noche se vió á un empleado correr al Prado para ordenar la entrada, como se berificó al comando de otro becino sedicioso y que en aquella noche el mayor numero de amotinados eran Indios y Cholos forasteros de aquel Partido; todo lo qual con lo dicho en el primer punto de la prisión del Dr. Zudanez prueba evidentemente que el Sr. Pizarro no fue causa de aquel motin, sinó los insurgentes que se descubriran á su tiempo pues si todo lo sucedido en la noche del 25 no hubiese estado premeditado y acordado, nada era mas facil que sosegar al pueblo después de la soltura del Dr. Zudañez, así por el corto numero de los amotinados, como porque estos quedaron enteramente satisfechos con la libertad de Zudañez; pero el influjo y soborno a nombre de la libertad los acaloro para proseguir asta conseguir el fin.”.– “Amaneció en sábado 27………se libraron órdenes de prisión contra los tres Asesores (de Pizarro) los cuales fueron hallados en el conbento de San Francisco el Dr. Gascon i el Dr. Portillo donde se habían refugiado para presentarse al Tribunal luego que calmase el furor del pueblo: y de allí los pasaron presos al cuartel viejo donde los tienen en calabozos separados, incomunicados i con un par de grillos cada uno;…”. ----– 
El gobierno español lo premió al autor de este informe por su comportamiento fiel al Rey (ABNB). –
Si Urcullu hubiera escrito los “Apuntes…”, habría narrado todo lo que contó Fray Marcos Benavente, y no las mentiras que escribió el verdadero autor anónimo mal intencionado y mentiroso.

A continuación transcribo un manuscrito de la narración de un testigo ocular anónimo de los hechos en La Paz y de la visita de sus emisarios a Charcas (Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia: Rück-301 – Manuscrito incompleto: sin fecha, ni destino, ni firma, que por la forma de narrar los hechos, se constata que el autor era pro peninsular):
“Charcas por entonces se hallaba envuelta en Partidos y desavenencias reciprocas entre sus Corporaciones apura sus personalidades y malicias; se embozan cuestiones mas agravantes, y charcas con sus ruidosos cuentos se deja sentir dispuesta á ser la que aproveche tan oportuna Ocasión.”
“Revelanen (sic) seguridadLa Paz ysu Provincia instalando Gobierno popular con el titulo de Junta Tuitiva; ocurren a Charcas por su confirmación, y se reconoce y aprueva por los Oidores y Cavildo con demostraciones de una verdadera intriga y deslealtad. Inmediatamente pasan a Charcas dos Regidores intrusos en calidad de Embiados al nuevo Gobierno revolucionario para combinar sus operaciones y maquinaciones; son recibidos por el Pueblo y oidores con distinción y aprecio, y desde entonces con el mayor descaro se publican especies de independencia, y quanto después hemos visto.” (Uno de los emisarios era Victorio García Lanza)
 “Ambas Provincias se previnieron a repeler la fuerza, y aunque sin fruto provocaron una esplocion (sic) total dela America con medidas de artificio y gravedad.”

Acaban de leer un manuscrito que nos certifica la unidad existente entre la Plata y La Paz conformando entre ambas la Revolución de Mayo dando el ejemplo a pueblos lejanos de este territorio.
Arenales sabía muy bien que las intenciones ideadas por los platenses de hacer la revuelta cautelosamente y aparentar un apoyo al Rey que estaba preso en Francia, vitoreando el 25 de Mayo ¡Viva Fernando VII!; Esta idea de los doctores platenses de vitorear al Rey nos muestra cómo cundió esta revolución por la América Hispana, volviéndose el vitoreo como una consigna para identificarse entre revoltosos independentistas de estos vastos territorios, ya que en La Paz, Cochabamba, Tarija, Buenos Aires, Santiago, Lima, Cuzco, Quito, Bogotá, Caracas, y Sultepec, en México, también vitorearon ¡Viva Fernando VII!; Un historiador dijo que en La Paz vitoreaban: ¡Viva la Independencia!, versión muy ocurrente y además, mentirosa.
Sin duda que Monteagudo se esmeró en hacerles creer que era fiel al Rey, sobre todo habiendo sido en La Plata uno de los principales soliviantadores para que se lleve a cabo la revolución. Él y el cura Medina, dos nacidos en Tucumán, eran los principales incentivadores en la Universidad y en las calles de la ciudad, para que se haga una revolución. No fue en vano que él escribió el “Diálogo de Atahuallpa y Fernando VII en los Campos Elíseos”, un escrito literario inductor a la sublevación, y la “Proclama de la Ciudad de la Plata a los valerosos habitantes de la Ciudad de La Paz”. Otro de los soliviantadores era Jaime Zudáñez.
 
Hablando de calumnias, recuerdo una: ¿Por qué el historiador Vicente Fernández y G., calumnió a los revolucionarios platenses diciendo que tenían escaso honor alegando que, prácticamente, al inducirlos los platenses a los paceños a que se involucren en la revolución de Mayo los usaban como “carne de cañón” para que ellos se ganaran la gloria del movimiento?, ¡ese sí es un disparate mayúsculo de muy mal gusto yescaso honor del que lo comenta mintiendo con malicia! Ya no saben cómo ofender a los revolucionarios platenses y desprestigiar los hechos de Mayo de 1809.
 
En el único país que se declaró la Independencia el mismo día que se sublevaron, fue en Estados Unidos de Norteamérica.
 
En los Archivos de España (ya cité en cuales) hay miles de manuscritos que certifican que hubo una revolución en La Plata, en los Archivos de Buenos Aires y Lima, en el Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia, y también en los de la Casa de la Libertad. Habiendo tantas instituciones que contienen documentos de otrora, ¿cómo el Dr. Costa no encontró nada?
 
En el Paraguay se dio el Primer Grito de Libertad en América cuando hicieron su Revolución en 1724 y se independizó de España pero, los revolucionarios cometieron el error de no organizar un ejército que los proteja, pues apenas pudieron ser independientes solamente durante cuatro años. Al cabo de ese tiempo los españoles volvieron con un ejército reforzado y los sorprendieron, retomando esa Gobernación. Los revoltosos tuvieron que huir para salvar sus vidas. Otro error que cometieron, fue no promocionar en las gobernaciones vecinas a que se solivianten, como lo hicieron los platenses enviando emisarios a varias ciudades y no precisamente “para que se ganaran la gloria del movimiento”.